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El trigo ya pone primera y la tecnología se viene con todo

El área sembrada volverá a crecer, a más de 6 millones de hectáreas, y además se hará con una fuerte inversión en tecnología.

Junto con el crecimiento de la superficie sembrada a más de 6 millones de hectáreas, volverá a subir la inversión de los productores en el cultivo. El Ing. Agr. Enrique Fernández, experto de la principal empresa de agroquímicos argentina, Surcos, brinda consejos estratégicos para encarar todo el ciclo triguero, y detalla los opciones de punta que ofrece la compañía, por productividad y cuidado del medio ambiente.

La cosecha de soja ya está en la recta final. Y dando vuelta la página asoma la siembra de trigo, que este año se viene con todo. El área sembrada volverá a crecer, a más de 6 millones de hectáreas, y además se hará con una fuerte inversión en tecnología.    

Esa inversión comienza por el barbecho, apenas trillada la oleaginosa. Por eso, para hacerla de la mejor manera, conviene consultar a los especialistas. Desde la principal empresa de agroquímicos argentina, Surcos, el que opina es el ingeniero agrónomo Enrique Fernández, su director comercial.    



“El incremento en la superficie implantada con trigo es muy bueno para todo el sistema agrícola argentino. A nosotros nos importa mucho la productividad, pero también la sustentabilidad, y en ese sentido esta expansión jugará un rol muy importante para mejorar el control de malezas difíciles en nuestro país”, consideró Fernández.

Siempre es bueno recordar qué conviene hacer en esta época. Y no hay duda que lo que conviene es hacer un buen barbecho con un control químico muy eficiente, para tener el lote limpio de malezas.    

“Ahí entran los herbicidas de amplio espectro, que permiten un buen control de especies de hoja ancha y se complementan con el glifosato. Por ejemplo, los hormonales como el 2.4D y el dicamba, que en nuestro caso son el Dédalo y el Cowboy, ambos con nanotecnología”, recomienda Fernández.    

Y agrega que son productos de muy baja volatilidad. El Dédalo, por ejemplo, es 400 veces menos volátil que un éster, lo cual brinda mucha seguridad a la hora de aplicar.    

Adicionalmente, se trata de tecnologías realmente innovadoras, por su bioeficacia y biodisponibilidad.    

¿Qué significan esos conceptos? La primera indica que, por ser elaborados con nanotecnología, requieren la mitad de principio activo que las formulaciones tradicionales, mejorando su impacto ambiental. Pero, al mismo tiempo, mejora los resultados, porque está más disponible para actuar sobre la maleza, ya que sus partículas más pequeñas generan una mayor superficie de contacto sobre ella.    

A los problemas de todos los años, en éste, con un otoño particularmente lluvioso, se le está agregando una explosión de nacimientos de gran cantidad de especies de malezas, que requieren un control muy preciso, aconseja Fernández. Pero está claro que lo nuevo no debe hacer olvidar a lo viejo. Y entre lo viejo, aunque no tanto, está la fuerte presencia de malezas gramíneas resistentes, como el raigrás, en muchas zonas. En esos casos, la herramienta apropiada son los graminicidas específicos.    

“Nosotros tenemos dos muy buenas opciones para esos casos, que son Orcuss y Apofis, que no reducen para nada su eficiencia si se mezclan con los hormonales de nuestra línea Elite, con nanotecnología, y que combinados brindan un excelente control de malezas de hoja ancha y angosta”, recuerda el experto.     Finalmente, en muchos casos, los productores encaran los barbechos más largos, ya no para el trigo, sino para los cultivos de verano. En esos casos, para que los lotes se mantengan limpios por más tiempo, es posible agregar a la mezcla de tanque atrazina, prometrina, imazapir, imazetapir, clorimurón y metsulfurón, por ejemplo.    

“Hoy, en la mayoría de las situaciones, los productores deben mezclar productos, desde dos hasta tres o cuatro, porque cada lote es diferente y tiene su propio combo de malezas. Y allí hacemos otra gran diferencia, porque todos nuestros productos con nanotecnología se pueden mezclar entre sí sin temor a que se corten”, agrega el hombre de Surcos.     Lo que está claro es que hay que analizar cada lote y no andar con recetas prefabricadas aplicando en todos lo mismo.     “Nosotros estamos convencidos del aporte fundamental que deben hacer los ingenieros agrónomos, analizando bien la situación y definiendo cuál es el mejor combo de productos para utilizar en cada caso”, manifestó Fernández.  

El barbecho es el período en el cual los productores efectúan su mayor inversión del año en agroquímicos. Es uno de los principales “cultivos” del país en ese sentido. Por eso, debe ser encarado con el mismo profesionalismo que el cultivo mismo.    

Resuelto el barbecho, lo que cualquier productor quiere lograr es la mayor cantidad posible de plantas por metro cuadrado. Para eso, es clave utilizar un excelente curasemilla, que proteja contra hongos e insectos de suelo.    

En ese punto, una buena opción es utilizar mezclas de fungicida con insecticida, un combo para el cual los de Surcos proponen su producto Duozole.    

Así, el trigo ya está para poner primera. Pero el arranque no será lo que tiene que ser sin una buena nutrición, particularmente con fósforo.    

“Nosotros tenemos una tecnología muy interesante, en forma de fertilizante microgranulado, que aporta fósforo, nitrógeno, azufre y zinc, que permite una rápida y vigorosa implantación. Se llama Radistart y tiene una gran ventaja adicional: requiere muy bajos volúmenes por hectárea, lo que mejora mucho la logística”, sintetizó Fernández.    

Si para muestra basta un botón, estos son los números. Veinte kilos de ese producto sustituyen a 100 kilos de un fertilizante tradicional, como fosfato diamónico o monoamónico. Donde hacían falta 5 camiones, ahora se necesita uno. Hay diferencia, ¿no?    

Luego, aunque todavía falta mucho, será tiempo de ir pensando en las enfermedades. Y será un tema para prestarle mucha atención, porque en las últimas dos campañas tuvo una fuerte incidencia.    

La clave será la aparición o no de las condiciones predisponentes, pero también habrá que ver las características de las variedades que se sembrarán, algunas más susceptibles que otras.    

“Ante estas adversidades, en Surcos tenemos una combinación de productos muy eficaces, y además estamos trabajando en una nueva línea, que será una combinación de principios activos a partir de una novedosa tecnología llamada Induxor, que fortalece a la planta para darle mayor resistencia ante el embate de las enfermedades”, adelantó Fernández.    

Detalló que se tratará de una novedad total en el mercado, mezcla de triazol más estrobilurina y un inductor de resistencia. “Acento Induxor será nuestra opción con nanotecnología, que servirá tanto para trigo como para soja”, precisó el especialista.    

En definitiva, este año la cosecha fina volverá a crecer, lo cual mejorará la sustentabilidad de los planteos agrícolas e impulsará a todo el negocio.    

Surcos también aportará en ese sentido, con nuevos productos, más eficientes y amigables con el medio ambiente, que significan más inversión, más trabajo y, además, más exportaciones.    

Para que crezca la Argentina, como debe ser.

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