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La financiación de insumos será clave para la próxima campaña agrícola

Es central tener la cercanía con el productor que siempre ha tenido Surcos, y que constituye, más allá de la moderna tecnología de sus productos, un plus desde sus inicios

Los productores agropecuarios en la Argentina siempre fueron usuarios intensivos de las distintas herramientas financieras disponibles en el mercado, y particularmente de las que tienen las empresas proveedoras de insumos. Este año lo serán más, por las dificultades que dejó la sequía que afectó al país hasta marzo pasado.  

Por eso, vale la pena hablar con los especialistas, para que cuenten cómo están viendo la situación, qué herramientas estarán disponibles y trazar algunas ideas para pensar el futuro del sector. Un hombre que, a pesar de superar apenas los 40 años, tiene un larga trayectoria en esta actividad, es Nicolás Maciel, gerente financiero de Surcos, la principal empresa de agroquímicos de capital argentino. Y tiene mucho para contar.  

Maciel, acostumbrado al trato diario con los productores, explica la realidad de la financiación que ellos utilizan, más allá de las herramientas sofisticadas que también están disponibles. En ese sentido, el recurso más usado son los cheques de pago diferido.

“El cliente puede pactar el plazo que le guste. Antes, mayormente se hacía a cosecha, pero cada vez más se estiran un poco, porque en ese momento los fletes pueden ser más caros, por la alta demanda de camiones, y entonces el productor prefiere plazos de pago más largos”, explica Maciel.  

El ejecutivo comenta que es fundamental conocer ese tipo de realidades operativas de los clientes, porque permite ayudarlos a utilizar las herramientas de la manera más inteligente y sustentable para todos. Por eso, que la compañía esté cerca de ellos es clave.  

“En nuestro caso, además de las cuestiones que todos tienen en cuenta, vinculadas al historial crediticio del cliente y su situación en el sistema financiero, consideramos mucho el conocimiento que tenemos de él y su historia con la compañía. También sus planes hacia el futuro, que nos interesa conocer y acompañar”, afirma Maciel.  

Y agrega que, para todo eso, es central tener la cercanía con el productor que siempre ha tenido Surcos, y que constituye, más allá de la moderna tecnología de sus productos, un plus desde sus inicios.  


Haciendo números concretos, hoy es posible financiarse en pesos a tasas menores a la inflación. Por ejemplo, con esta herramienta sencilla del cheque de pago diferido se puede obtener financiamiento al 1,5% mensual, cuando la inflación de marzo fue del 2,3%. Es decir, las tasas reales son negativas. Y eso es una gran oportunidad.  

Otra gran oportunidad es la excelente relación insumo-producto que se da hoy, que para muchos es la mejor en una década. Es decir, en los últimos 10 años nunca se pudieron comprar tantos insumos con una tonelada de trigo, de maíz o de soja como ahora.  

Maciel es claro sobre la importancia de la financiación en el negocio de los productores y de las empresas: “no hay ventas sin financiamiento”, precisa. Para poder darlo, cuenta que tienen un fuerte apoyo del sistema financiero y del mercado de capitales.  

Recientemente, Surcos colocó una Obligación Negociable (ON) por 250 millones de pesos, que también destinará a sus planes de crecimiento en el exterior, particularmente en Brasil (el principal mercado de agroquímicos del mundo) y en Rusia y Ucrania (la capital triguera global).  

Para eso, la compañía prevé duplicar la producción de sus plantas en la Argentina, ubicadas en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, y duplicar también la cantidad de personas que trabajan en ellas.  

Otra herramienta financiera muy utilizada por los productores, que también está disponible para esta campaña que se inicia, es la factura en dólares con cheque de pago diferido en garantía. Habitualmente, explica Maciel, el productor paga la factura con la entrega de granos y la compañía devuelve ese cheque.  

Para esa operatoria, Surcos cuenta con plantas de acopio propias en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, además de una corredora de cereales también propia: Surcos Cereales.  

Las tasas que tienen los productores por la financiación en dólares también son muy atractivas, en torno al 0,5% mensual. “Además, el hecho de entregar los granos para pagar los insumos tiene para ellos importantes beneficios fiscales, como por ejemplo no acumular un crédito a favor enorme por el IVA, que siempre resulta muy difícil de recuperar”, explica Maciel.  

Una tercera herramienta que es común que utilicen los productores para comprar insumos son las tarjetas de crédito especiales para el agro que tienen los distintos bancos del país. “Trabajamos con las principales del mercado, y en muchos casos permiten financiar a tasa cero a plazos que van desde 90 a 180 días y en algunos casos más”, dice el ejecutivo.  

Maciel, a sus 43 años, es un contador de larga experiencia en estos temas. Hace 14 años que trabaja en Surcos, pero antes lo hizo durante 5 años en temas similares en uno de los principales bancos argentinos, lo cual le dio una visión desde dos lugares distintos del “mostrador”.  

Hace 7 años que ocupa su cargo actual en la compañía, que cerró el último año fiscal con una facturación de unos 130 millones de dólares, lo que la consolida como la primera de capitales argentinos, ubicada en el ranking solo después de las grandes empresas multinacionales del sector.  

En un escenario en el que esas compañías son cada vez más grandes, producto del extendido proceso de consolidación y fusión que se viene dando entre ellas en los últimos años y todavía hoy, una de las ventajas de firmas como Surcos es su cercanía con el productor, desde siempre.  

“Estar cerca, hablar el mismo idioma y ser más ágiles para comprender sus problemas y diseñar soluciones, es un herramienta competitiva que nos viene dando muy buenos resultados”, manifiesta Maciel.  

“Eso -agrega-, sumado a los productos cada vez más eficientes que tenemos, con una fuerte presencia de la nanotecnología, nos hacen ser muy optimistas con respecto al futuro, y más allá de cualquier coyuntura”.

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